Agua Viva
Experiencia comunitaria de la vereda El Bizcocho, municipio de Carmen de Viboral, Antioquia.
Al ser una de las ganadoras del concurso A Ciencia Cierta, la Asociación de Acueductos Veredales del Municipio de El Carmen de Viboral – Agua Viva, recibió un incentivo por $20.000.000 para el fortalecimiento de su experiencia en CTeI. El proyecto se desarrolló entre enero y octubre de 2014.
Agua Viva, asocia a 9 acueductos veredales del municipio de Carmen del Viboral cada uno con diferentes grados de adaptaciones y desarrollos tecnológicos para el tratamiento y distribución del recurso hídrico, el proyecto de fortalecimiento consistió en la instalación y uso de un sistema de información para cargar toda la información de los acueductos veredales en los registros de la Superintendencia de Servicios Públicos, requisito indispensable para poder continuar en funcionamiento. Además se hicieron mejoras estructurales y técnicos en todos los acueductos asociados.
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A continuación detalles de la experiencia:
Transcrito de la postulación original. La autoría y responsabilidad del mismo es exclusiva de la organización postulante y no representa la posición de Minciencias, ni de las entidades aliadas y vinculadas al Programa de A Ciencia Cierta.
A principios de los años 70 (siglo XX), la mayoría de los habitantes veredales de El Carmen de Viboral (Antioquia) abastecíamos de agua nuestras fincas a través de diversas gestiones realizadas a nivel familiar, que variaban en relación a los distintos relieves rurales que circundan el centro urbano municipal: laderas y altiplano colinado. En las zonas de ladera el agua era muy abundante (múltiples nacimientos y quebradas), por lo que en muchos sitios se adecuaban acequias que la conducían desde quebradas cercanas hasta los alrededores de las viviendas, o en otros lugares se construían arietes hidráulicos que generaban pequeños ascensos del agua, posibilitando su acceso directo a las casas; por el contrario, en las zonas del altiplano colinado el agua superficial era más escasa, manifestándose en algunas quebradas y pequeños arroyuelos localizados en los fondos de los valles de las colinas y complementándose con recargas subterráneas presentes en las partes bajas de las mismas; así, muchas de las viviendas ubicadas en esta zona eran construidas en los valles de las colinas, con una proximidad suficiente a la quebrada o a un pozo adecuado por los propios habitantes, que les facilitara sus labores domésticas y agropecuarias; sin embargo, muchas de las viviendas se construían en las cimas de las colinas, por lo que era necesario hacer diversos recorridos diarios para la recolección de agua, la cual se disponía en diferentes tipos de recipientes como calabazas, baldes, etc., y era cargada “a hombro” hasta la vivienda, situación que es recordada actualmente como sinónimo de gran esfuerzo y sacrificio para acceder al agua. Fue bajo estas circunstancias de dificultades e incomodidad que diversos habitantes campesinos del altiplano colinado, tras haber conformado las Juntas de Acción Comunal, visualizaron la necesidad de traer a sus veredas aguas provenientes de las laderas que los rodeaban, de manera que se facilitara su acceso permanente a este recurso vital, lo cual sería posible a través de la construcción de acueductos veredales.
Con el acompañamiento inicial de la seccional de salud de Antioquia, en la década de los 70 muchos campesinos que habitaban veredas del altiplano colinado comenzaron a recorrer y evaluar los nacimientos que afloraban en las partes altas de las laderas, realizando aforos para identificar la magnitud de los caudales y elegir los más propicios para ser empleados en los acueductos rurales; en estos recorridos se establecieron diálogos con los habitantes de las laderas, acordándose posteriormente la construcción colectiva de acueductos que abastecerían una o varias veredas. De esta manera, campesinos de distintas áreas rurales nos encargamos conjuntamente de la construcción de bocatomas y tanques de almacenamiento, apertura de zanjas e instalación de redes hasta cada una de las viviendas, trabajo colectivo que permitió que comenzaran a estrecharse vínculos al interior de las veredas e interveredalmente. Tras la finalización de las actividades de construcción y adecuación realizadas conjuntamente por campesinos de distintas veredas, comenzaron a inaugurarse diversos acueductos rurales cuya representación legal se entregó a las Juntas de Acción Comunal de algunas veredas, y cuya administración y gestión quedó a cargo de Juntas Directivas provisionales hasta la década de los 90, momento a partir del cual dichas juntas se independizaron de la acción comunal, y obtuvieron su propia personería jurídica; estas juntas están constituidas por representantes de las veredas donde se presta el servicio de acueducto, los cuales son elegidos por comunidades campesinas; de esta forma y a partir de la década del 70, se han construido 15 acueductos veredales que abastecen 24 veredas de El Carmen de Viboral a través de 19 sistemas de tratamiento de agua para el consumo humano, que benefician a más de 18.000 personas.
Desde el momento de su construcción, los acueductos veredales hemos tenido un funcionamiento efectivo, con una administración y gestión que ha respondido a diferentes necesidades, tipos de usuarios, problemáticas ambientales y dinámicas territoriales; así, en respuesta a los acelerados crecimientos poblacionales que se han vivido de manera constante en la ruralidad carmelitana desde la puesta en funcionamiento de los acueductos, hemos realizado diversas ampliaciones y reposiciones de redes, edificación de tanques de almacenamiento, entre otras obras infraestructurales tendientes a la prestación efectiva del servicio a la población rural; de esta forma puede decirse que en la actualidad contamos con 52,968 kilómetros de red mayor instalada, esto sin tener en cuenta la extensión de la tubería ¾ y la tubería domiciliaria, que también han sido dispuestas para la prestación del servicio. Por otra parte, desde el inicio los acueductos veredales hemos difundido en nuestras comunidades la necesidad de proteger ambientalmente los nacimientos y quebradas, en principio apoyados por ejercicios y talleres formativos impartidos por el INDERENA y Cornare y posteriormente, a partir de nuestras propias experiencias de protección ambiental, las cuales se mencionan a continuación. Tras la expedición de la Ley 142 de 1994, emprendimos autogestiones orientadas a la potabilización del agua, consistentes en la construcción de las plantas de tratamiento de los acueductos y la compra y reforestación de predios de las microcuencas abastecedoras, con el fin de recuperar sus coberturas boscosas y con esto asegurar de mejor manera la calidad bacteriológica y físico química de las aguas, a partir de procesos biológicos de recuperación. Caracterizaciones y diagnósticos de las fuentes y microcuencas abastecedoras realizados con posterioridad a la recuperación natural, evidencian un notable mejoramiento de la calidad de las aguas, de tal forma que su potabilización requiere de pocos procesos y muy baja adición de químicos (desinfectante), con lo que se minimizan los costos del tratamiento, haciendo menos oneroso el pago del servicio por parte de los beneficiarios.
Tanto las compras y reforestaciones de predios como las intervenciones infraestructurales necesarias para garantizar el servicio, son actividades que en la actualidad continuamos efectuando, a partir de procesos de autogestión emprendidos por los diferentes acueductos, los cuales tienen como fin adquirir y recuperar naturalmente todas las microcuencas abastecedoras y prestar un servicio continuo y de calidad; hasta el momento actual los acueductos veredales hemos adquirido aproximadamente 300 hectáreas, estableciendo amplias zonas de protección ambiental y recuperación ecológica. Por otra parte, hasta 1996 los procesos de gestión y administración comunitaria del agua eran desarrollados específicamente por cada una de las Juntas Administradoras para su acueducto particular; sin embargo, en respuesta al intento de algunas instituciones que querían centralizar la administración y manejo de los acueductos -en cuanto vieron que estos podían generar una rentabilidad económica-, y teniendo en cuenta los diferentes grados de fortaleza que caracterizaban a estos últimos, en 1996 muchos de los acueductos comenzamos a expresar nuestro deseo de conformar una organización que agremiara a todos los acueductos veredales, de tal forma que se consolidara una unión comunitaria basada en relaciones de solidaridad y orientada al fortalecimiento organizativo, la correcta y oportuna administración y operación de los acueductos, la ejecución de gestiones y trabajos conjuntos para el mejoramiento de la prestación del servicio, la calidad del agua y la protección del medio ambiente, la representación de todos los acueductos veredales del municipio y la defensa de la administración y manejo comunitario de los acueductos rurales. En 1996 iniciamos el proceso de agremiación a partir de continuas reuniones y talleres de formación, lo que entre otras cosas propicia que desde 1997 se establezca un acompañamiento y apoyo por parte de los futuros agremiados, al diseño y construcción de las plantas de tratamiento de varios acueductos veredales; pero es en 2002 cuando constituimos jurídicamente la organización planeada, que recibe el nombre de Asociación de Acueductos Veredales de El Carmen de Viboral Agua Viva. Esta asociación ha sido clave para: la consecución de recursos económicos a invertir en las diversas necesidades de los acueductos agremiados, la gestión de actividades de formación, asesoría y acompañamiento por parte de diversas instituciones como el SENA y la oficina local de Saneamiento Básico, la continuidad de las labores de protección ambiental, y los procesos de defensa de la administración, gestión y manejo comunitario del agua para uso doméstico. En relación a la contribución de los acueductos a la conservación de la naturaleza cabe destacar el reconocimiento que hemos tenido a nivel departamental y nacional, el cual se concretó en el año 2005, cuando uno de los acueductos comunitarios rurales de El Carmen de Viboral (Acueducto Cerro Samaria Milagrosa Quirama Cristo Rey El Salado) fue galardonado con el premio El Colombiano Ejemplar, en la categoría de medio ambiente, resaltándose su gran labor en la recuperación de la fauna, la flora y el agua en las veredas El Cerro y La Milagrosa. Por otra parte, en cuanto a la defensa de la administración, gestión y manejo comunitario del agua para uso doméstico, como Asociación de Acueductos Veredales de El Carmen de Viboral Agua Viva desempeñamos un papel fundamental en el proceso de movilización social que se desató en este municipio durante 2009 y 2010, años en los que se enfrentó de manera colectiva la incursión de la política pública Plan Departamental de Agua y Saneamiento Básico para el Manejo Empresarial de los Servicios de Acueducto, Alcantarillado y Aseo –PDA, al considerar que las políticas y legislación en las cuales estaba enmarcado este plan (CONPES 3383 de 2005, CONPES 3463 de 2007 y Decreto 3200 de 2008), desconocían la prestación comunitaria del servicio de acueducto, al referirse únicamente a prestadores empresariales que deberían asumir la figura jurídica de sociedad por acciones, dando apertura al ingreso de operadores privados y amenazando con esto la autonomía territorial, las relaciones de solidaridad e incluso los territorios e infraestructuras adquiridas por nosotros como comunidades campesinas organizadas desde varias décadas atrás. Esta movilización social evidenció la gran fortaleza organizativa de nuestra Asociación de Acueductos Veredales de El Carmen de Viboral Agua Viva la cual, con el acompañamiento de la Corporación Ecológica y Cultural Penca de Sábila, efectuó un amplio proceso de difusión y acción social que consistió en la ejecución de foros informativos, asambleas rurales, elaboración de comunicados, formulación de propuestas público-comunitarias para la prestación del servicio, participación en los espacios de discusión sobre el tema promovido por el Consejo Municipal, entre otros, actividades que tuvieron un gran poder de convocatoria de comunidades y organizaciones sociales locales rurales y urbanas, quienes se unieron a través de la conformación de la Mesa de Trabajo Defensores del Agua Viva, para defender el agua y su administración y gestión comunitaria, logrando en 2010 un rechazo contundente al PDA en la localidad. En este sentido, la labor de nuestra Asociación de Acueductos Veredales de El Carmen de Viboral Agua Viva durante 11 años, ha sido clave para: el fortalecimiento de los procesos de gestión, manejo y administración de los acueductos comunitarios rurales de este municipio y por tanto, para la garantía de una buena calidad de vida, es decir, un buen vivir para múltiples habitantes del territorio rural carmelitano; el continuo diálogo de saberes entre nuestros conocimientos empíricos-tradicionales y los conocimientos técnicos de instituciones gubernamentales y organizaciones no gubernamentales; el afianzamiento de los lazos de solidaridad, acompañamiento, apoyo y trabajo colectivo entre los acueductos veredales; la recuperación ecológica y protección ambiental de zonas de recarga hidrológica, garantizando la provisión de agua apta para consumo humano; el fomento de la organización comunitaria campesina en torno a la gestión y defensa del agua; el reforzamiento de la territorialidad e identidad en torno al agua y su gestión y manejo público comunitario, por parte de habitantes rurales y urbanos de El Carmen de Viboral; y la defensa permanente del agua y su garantía al acceso universal a la misma, bajo la premisa del agua como bien colectivo, de todos y para todos.
Las experiencias asociadas a la administración y gestión de los acueductos comunitarios rurales y la Asociación de Acueductos Veredales de El Carmen de Viboral Agua Viva, han generado resultados sumamente positivos en diversos ámbitos, los cuales se resumen a continuación: Permanente diálogo de saberes entre conocimientos técnico-científicos y conocimientos empíricos-tradicionales frente al manejo del agua. Buen vivir para más de 18.000 habitantes rurales localizados en veredas del municipio de El Carmen de Viboral, que en términos de provisión de agua cuentan con una buena calidad de vida. Empoderamiento y organización de las comunidades campesinas alrededor de la administración y gestión del recurso hídrico para abastecimiento doméstico. Abastecimiento de agua apta para consumo humano, de manera eficaz, permanente y sostenible, garantizada por la reserva y cuidado de microcuencas, bocatomas y la ampliación y construcción de infraestructura comunitaria. A través de la Asociación de Acueductos Veredales de El Carmen de Viboral Agua Viva, las comunidades organizadas hemos podido vivir y desarrollar los principios de autogestión, autonomía, solidaridad y unión, todas estas como máxima expresión del trabajo colectivo en torno a la defensa de la gestión comunitaria del agua. Enriquecimiento y contribución a la protección y preservación natural, con la adquisición y reforestación de las microcuencas abastecedoras de los acueductos comunitarios.
Los beneficios se traducen permanentemente en la buena sanidad hídrica y la garantía y acceso a agua potable, con la que cuentan los habitantes de las zonas rurales que hacen parte de los acueductos comunitarios. Se garantiza un costo mínimo como contribución por el consumo de agua potable, dinero que se reinvierte en la mejora permanente de la prestación del servicio y la protección medioambiental. Por tratarse de un interés comunitario y solidario, sin ánimo de lucro, garantizando el derecho al acceso universal al agua potable, los usuarios tienen la posibilidad de negociar la forma de pago de acuerdo a sus posibilidades. Desde el proceso organizativo promovido con la Asociación de Acueductos Veredales de El Carmen de Viboral Agua Viva, las comunidades nos hemos beneficiado con procesos de formación en variados campos y temáticas tendientes a mejorar la gestión comunitaria del agua.
Posterior a la visita de los expertos técnicos a la experiencia, la comunidad se comprometió a seguir las recomendaciones del grupo experto, en especial:
Hacer un diagnóstico en cada uno de los 9 acueductos para priorizar las necesidades y requerimientos en cuanto a mantenimiento a mediano y largo plazo.
La priorización se propuso en cinco líneas:
* Conservación del agua.
* Continuidad del servicio.
* Mejoramiento del paisaje.
* Gestión del riesgo de daños afectaciones y desastres evitando los accidentes.
* Transferencia del conocimiento
Implementación de mejoras priorizadas por la comunidad con base en los diagnósticos.
Inversión en mejora y fortalecimiento de la experiencia a partir del diagnóstico y priorización de necesidades de los acueductos asociados, para el mejoramiento de las condiciones de los mismos (Valor aproximado de $8.200.000).
Actualización de datos ante la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios mediante la adquisición de equipos tecnológicos y la contratación de personal especialización (Valor aproximado de $11.800.000)
Capacitación a los miembros de la comunidad por parte de las personas que realizan la actualización de datos, con el fin de que la comunidad pueda realizar este ejercicio a futuro.
Al ser una de las ganadoras del concurso A Ciencia Cierta, la Asociación de Acueductos Veredales del Municipio de El Carmen de Viboral – Agua Viva, recibió un incentivo por $20.000.000 para el fortalecimiento de su experiencia en CTeI. El proyecto se desarrolló entre enero y octubre de 2014.
Agua Viva, asocia a 9 acueductos veredales del municipio de Carmen del Viboral cada uno con diferentes grados de adaptaciones y desarrollos tecnológicos para el tratamiento y distribución del recurso hídrico, el proyecto de fortalecimiento consistió en la instalación y uso de un sistema de información para cargar toda la información de los acueductos veredales en los registros de la Superintendencia de Servicios Públicos, requisito indispensable para poder continuar en funcionamiento. Además se hicieron mejoras estructurales y técnicos en todos los acueductos asociados.
En el mes de enero de 2014, se realizaron las visitas a cada acueducto. Se estableció que el dinero destinado para esta actividad sería dividido en partes iguales para todos los acueductos y cada acueducto decidió qué actividades realizarían de acuerdo con las sugerencias hechas por los expertos que visitaron la experiencia en octubre de 2013, en cuanto a medidas preventivas, necesidades inmediatas desarrollaría cada uno.
Se adquirieron todos los equipos establecidos en el plan de ejecución presupuestal en el mes de enero de 2014 y se compró el software de facturación. Los equipos son utilizados por la asociación para el cargue de la información al SIU mediante el software que fue adquirido para tal fin, así como el cargue de imágenes escaneadas que soportan la información. Se hizo la contratación de un profesional técnico para realizar el cargue de la información ante la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios en el Sistema Único de Información.
Se desarrollaron las siguientes acciones para mejorar las condiciones físicas de las infraestructuras de los sistemas de acueducto asociado:
Impermeabilización del tanque de almacenamiento del acueducto Camargo.
Cambio de lechos filtrantes en el acueducto Cerro – Samaria
Acondicionar las instalaciones físicas de la Planta de Tratamiento del acueducto Campo Alegre.
Protección de las instalaciones eléctricas y tubería en alto riesgo en el acueducto Boquerón.
Mejoramiento de tubería de aducción y acceso a la Bocatoma en el acueducto Rivera Arriba.
Impermeabilización de algunas infraestructuras en el sistema de tratamiento del acueducto Betania y cambio de lechos filtrantes.
Suministro de tubería y accesorios al acueducto La Florida (de acuerdo a las necesidades del acueducto, se acuerda realizar cerco y protección a la planta de tratamiento)
Suministro de dos reglas para mediar cantidad de metros cúbicos en los tanques de almacenamiento y reposición de válvulas en el acueducto El Dragal y La Morena.
Mejoramiento de la infraestructura desarenador en el sistema de tratamiento del acueducto Aurora – Viboral.
Como parte del proceso de apropiación social del conocimiento, entre las experiencias ganadoras del concurso y de acuerdo a la necesidad expresada por la comunidad de Charalá – Santander sobre una orientación para la organización y asociación de acueductos comunitarios, se estableció acordar un intercambio de conocimientos entre Agua Viva y ellos.
Los miembros de la asociación Agua Viva reconocieron el proceso de aprendizaje que tuvieron gracias al desarrollo del fortalecimiento en cuanto a la normatividad, a la conservación de la información y al cargue de esta ante las entidades correspondientes.
Se estima que los beneficiarios en total de esta experiencia de fortalecimiento son aproximadamente 6000 personas