
Alcanzando sueños de esperanza y buen vivir con AYMURAY (tiempos de cosecha)
Experiencia comunitaria de la Asociación Agropecuaria de Mujeres Indígenas – AGROMINDI, Cumbal, Nariño.
Esta experiencia recopila la historia de cómo un grupo de mujeres indígenas crearon una comunidad con el fin de emprender y superar las dificultades sociales de nuestro país. Encontraron una respuesta dentro de la siembra de fresa, y hoy por hoy, hay 20 familias indígenas que se dedican a su cultivo. Debido a la falta de espacio, buscan la creación de un nuevo sistema de producción en la vereda, que les permitiría ser más responsables con el medio ambiente, mejorar su calidad de vida y generar mayor bienestar dentro de la comunidad de la mano de las otras familias indígenas.
Línea temática:
Vínculos para el desarrollo sostenible
Ubicación
Transcrito de la postulación original. La autoría y responsabilidad del mismo es exclusiva de la organización postulante y no representa la posición de Minciencias, ni de las entidades aliadas y vinculadas al Programa de A Ciencia Cierta.
Por: Carlos Torrente, profesional de acompañamiento en territorio, Minciencias.
La asociación identificó, a través de un encuentro de reflexión, los siguientes aspectos que sobresalen dentro de su proceso:
– Darse cuenta de la gran riqueza que tiene el territorio a través del cultivo de la fresa orgánica
– Aprendizaje administrativo y manejo de equipos nuevos
– Participación y fortaleza de la mujer en el territorio
La organización tuvo la iniciativa de escribir sus propias ideas acerca de estos hitos, las cuales están en el siguiente enlace:
– (…) En un inicio para nosotras fue algo nuevo, lo de llevar un orden de documentos dentro de un computador ya que en nuestra organización acostumbrábamos a llevar en cuadernos y, por otra parte, carecíamos de un computador y un punto de señal de internet lo cual nos vimos en la necesidad de adquirir estas herramientas y medios de trabajo. Para nuestro grupo era tan difícil manejar estas herramientas tecnológicas, ya que ninguno sabía de computación; es así como se inicia pidiendo la colaboración a una persona para que nos guiara en el tema ya mencionado. Con el pasar de los días y durante la ejecución del proyecto, podemos decir que terminamos aprendiendo. Con el tema de tecnología nos deja una gran enseñanza a algunos de los integrantes de la asociación, y es que todo es posible cuando hay voluntad. Y por otra parte, esto nos servirá para nuestro proyecto poder llevar un orden y realizar informes bien detallados.
– La gran riqueza que hemos descubierto dentro de nuestro territorio. Y para poder desarrollar el proyecto es tener nuestro propio recurso hídrico dentro de los lotes donde se establecieron los invernaderos para el cultivo de fresas, como también la materia prima para la elaboración de los abonos y biofungicidas; dentro de ello están algunas plantas medicinales como la ortiga, el ajenjo, el ají, el ajo, etc. Pero la riqueza más esencial es el agua, ya que esto para nosotros significa que dentro de nuestro territorio se genera vida tanto como para las personas y para las plantas.
Para nuestra organización, la gran riqueza descubierta es que todos nos concientizamos y tuvimos ese convencimiento: decidimos en no continuar haciendo más talas, explotación y uso de químicos en nuestra madre tierra; por tanto, decidimos continuar con esta iniciativa de aprovechamiento de espacio para cultivar fresas orgánicas por medio de invernaderos bajo cubierta con una energía limpia y una agua de pozo profundo. La gran enseñanza es que con un proyecto con estas características muchas personas nos han visitado y se han llevado ideas y sobre todo el de cultivar saludable y sabemos que en otros territorios ya se está haciendo replica.
– El fortalecimiento es por primera vez en nuestra comunidad. Las mujeres nos empoderarnos para sacar adelante un proyecto dentro de nuestro territorio y también dar a conocer nuestras capacidades y logros a otras organizaciones asociativas de mujeres para que sigan haciendo nuevas replicas dentro de sus territorios.
Lo días 7 y 8 de diciembre de 2020, se dieron cita en el municipio de Cumbal, Nariño, miembros de la Asociación Agropecuaria de Mujeres Indígenas – AGROMINDI y el equipo técnico del programa A Ciencia Cierta, con el propósito de conocer de primera mano la experiencia a reconocer como ganadora y definir el proyecto de fortalecimiento en el que se invertirá el incentivo económico a otorgar.
Como resultado de las jornadas, la organización comunitaria se propone contar en el término de diez meses, con un proceso de fortalecimiento orientado en ampliar la producción de fresa con la construcción de nuevos invernaderos con implementación tecnológica. Para ello, se definieron los siguientes objetivos:
– Construir los invernaderos en estructura metálica.
– Implementar el sistema de riego y monitoreo de humedad en los invernaderos .
– Establecer y manejar el cultivo agroecológico de fresa en los nuevos invernaderos.
El contenido de este video es de autoría y responsabilidad exclusiva de quienes lo protagonizan y no representa la posición de MINCIENCIAS ni de las entidades aliadas y vinculadas al Programa de A Ciencia Cierta: Desarrollo local para transformar realidades.
El proyecto para el fortalecimiento del cultivo de fresa orgánica, ha permitido a la comunidad mejorar significativamente el proceso de producción y calidad del fruto. La fresa cultivada en la zona se caracteriza por presentar un sabor particularmente dulce, además de un óptimo desarrollo, el cual se refleja en el tamaño y consistencia de la fruta. La comunidad previamente contaba con un solo vivero, como parte del proceso logró establecer dos invernaderos adicionales con tecnología avanzada. Estos invernaderos, uno de 400 m² y otro de 478 m², están equipados con sistemas de riego por micro-goteo, paneles solares y equipos de monitoreo de humedad que activan el riego automáticamente, ampliando así la capacidad productiva prevista inicialmente.
El proyecto también fortaleció la cohesión social y la apropiación del conocimiento, dado que la comunidad tradicionalmente recurre a las mingas o encuentros comunitarios para dividir tareas y cumplir con los propositos, de esta manera se fomenta la gastronomía local y otras costumbres arraigadas en la comunidad, lo que hizo que el proceso de aprendizaje en torno al cultivo de fresa orgánica fuera completamente participativo.
Al final de la ejecución, se logró la participación activa de 15 familias indígenas en el proceso, reflejando el impacto positivo en la economía local y consolidando la capacidad de autogestión de la comunidad en la producción orgánica de fresa.