Rumbo al cuidado de los manglares y el bosque seco tropical

Proyecto implementado por el Consejo Comunitario de Islas del Rosario, y el Grupo de Investigación en Química de Medicamentos, de la Universidad de Cartagena.

Las actividades de turismo informal que se desarrollan en el territorio ocasionan impactos negativos sobre los ecosistemas, dado que, no hay medidas regulatorias que controlen la capacidad máxima de visitantes (carga turística) ni delimitación de las zonas de manglares y bosque seco tropical en senderos ecológicos, condiciones que ocasionan el deterioro progresivo de la biodiversidad existente en la región.

Lo anterior, se debe en gran medida al desconocimiento por parte de los pobladores de la riqueza en biodiversidad con la que cuentan. Son muchas las zonas de manglares y bosque seco tropical aún sin explorar e identificar las especies, convirtiéndose en ecosistemas vulnerables ante la intervención de actividades humanas y las consecuencias ambientales irreversibles a la que está expuesta por falta de acciones para su protección y conservación.

Al ser conscientes los pobladores de dicha condición y, motivados por encontrar una solución, aúnan esfuerzos con el grupo de investigación para adelantar un proyecto basado en el diseño e implementación de senderos ecológicos temáticos entre manglares y bosque seco tropical, que fomenten el valor por la preservación de la biodiversidad y a su vez, fortalezcan las actividades turísticas como fuente de progreso para la región.

El proyecto responde al reto denominado Ciencia y tecnología para el aprovechamiento sostenible de recursos naturales en la región Caribe y propone la delimitación de manglares y bosques seco tropical (BTS) presentes en la comunidad de Orika, Isla Grande, en senderos ecológicos interpretativos acompañado de acciones pedagógicas relacionadas con la importancia de la preservación de los ecosistemas existentes, como medida para reducir el impacto negativo ambiental ocasionado por el desarrollo de actividades turísticas descontroladas en la región.

Como principales resultados se encuentran:

 – 2.000 metros de sendero interpretativo

– Tres senderos ecológicos

– 48 especies nativas cultivadas (más de 2.000 plantas)

– Un vivero de especies nativas (con capacidad para 5.000 plantas)

Solución que responde al reto:
Ciencia y tecnología para el aprovechamiento sostenible de recursos naturales en la región Caribe

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