Producción de hidromiel de mielato de roble como modelo de conservación de la biodiversidad y alternativa para otorgar identidad y valor agregado
Experiencia comunitaria de la Asociación de Apicultores y Criadores de Abejas de Boyacá, ASOAPIBOY, San Mateo, Boyacá.
La Asociación de apicultores y criadores de abejas de Boyacá – ASOAPIBOY – produce hidromiel de mielato de roble (Quercus humbloldtii) como modelo de conservación de la biodiversidad y alternativa para otorgar identidad y valor agregado al bosque. Este tipo de miel es única en el mundo ya que no procede de néctar de flores sino de la exudación de la savia de una especie de roble endémico colombiano que sólo crece en 11 localidades en la cordillera oriental ubicadas entre los 2400 y 2800 msnm. Estos bosques de roble están en peligro de desaparición y por lo mismo la labor de protección que logra ASOAPIBOY al colocar sus colmenas en estos bosques nativos es invaluable. Además de buscar ser finalista de A Ciencia Cierta Bio para fortalecer su operación, estos apicultores desean divulgar su conocimiento entre otros grupos que trabajen con las abejas con el fin de proteger la biodiversidad de otros bosques o cultivos a nivel nacional.
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Transcrito de la postulación original. La autoría y responsabilidad del mismo es exclusiva de la organización postulante y no representa la posición de Minciencias, ni de las entidades aliadas y vinculadas al Programa de A Ciencia Cierta.
Esta propuesta hace referencia al producto Mielato de Roble nativo, que aunque es producido por la abeja Apis mellifera, el producto en sí es nativo, pues no existe en ninguna otra parte del mundo e implica el uso sostenible de la biodiversidad, en este caso exudaciones de la savia de árboles de roble (Quercus humbloldtii), que solamente existen en esta región.
Dentro de las mieles más importantes de Boyacá, que pueden ser empleadas como materia prima, se destaca la miel de mielato de roble (Quercus humbloldtii) como miel única en el mundo, ya que las abejas de la especie Apis mellifera no la producen a partir del néctar de las flores sino de la exudación de la savia de una especie de roble endémico colombiano que sólo crece en 11 localidades en la cordillera oriental (cinturón entre Boyacá y Santander), ubicadas entre 2400 – 2800 msnm, incluyendo nuestro municipio. Por este motivo, aunque las abejas no sean nativas, el mielato que producen puede considerarse un producto forestal no maderable de origen biológico y nativo derivado de un bosque de robles que presenta unas condiciones únicas en nuestro municipio. El aprovechamiento que realizamos de este producto nativo es sustentable, puesto que nuestra intervención no atenta contra la salud del bosque, ni de las abejas, sino que son éstas las que producen el mielato y nosotros de manera silvestre lo recolectamos mediante colmenas instaladas dentro del bosque para luego transformarlo en una bebida alcohólica con mayor valor comercial. Por sí sólo, este mielato tiene mayor valor comercial que una miel corriente, se vende a mejor precio, y en nuestra experiencia, como materia prima para elaborar la hidromiel, este mielato es excelente, pues tiene un sabor, color y textura únicas y muy agradables y esto va a influir en las propiedades de la bebida fermentada.
Existen otras actividades que perjudican la salud de estos bosques de roble, como los deforestadores que utilizan esta madera, ya que es muy fina, y la minería que ocasiona que estos árboles se enfermen por la contaminación ambiental. Esto ocasiona que estén en peligro de desaparición, y las autoridades no nos reconocen la labor de protección que nosotros hacemos al colocar nuestras colmenas en estos bosques nativos tan importantes.
La Asociación de apicultores y criadores de abejas de Boyacá – ASOAPIBOY nació del interés asociativo de una decena de criadores de abejas, quienes el 25 de enero de 2002 firmaron el acta de constitución dando vida jurídica a esta iniciativa regional. Somos un grupo empresarial de carácter asociativo, con logros muy importantes en los últimos años. Hemos hecho trabajos de formación, de mercadeo e interinstitucionales. El valor de nuestro “GOOD WILL” y del “KNOW HOW” es inestimable, pues somos reconocidos por compradores, gobierno y organizaciones apícolas como gente seria, de palabra y con un objetivo muy claro hacia el futuro. En la parte financiera, mantenemos en orden nuestras cuentas, contamos con un contador y nuestros saldos jamás han estado ni estarán en rojo. Tenemos un fondo de solidaridad y fomento, que nos permite fortalecer lazos humanos entre los miembros de nuestra organización y con nuestra comunidad, así como mantener e impulsar nuestra actividad. Sin dudas, nuestro mejor patrimonio es el humano, pero nos proponemos fortalecer el económico para que en el futuro el diagnóstico sea más completo. Nos gusta innovar y en Boyacá hemos liderado la apicultura como una actividad sustentable, queremos contrarrestar los graves efectos de la minería y demostrar que se puede generar valor, mejorar nuestros ingresos criando abejas y aprovechando sus productos, sin contaminar y beneficiando otras actividades como la agricultura. Para ampliar nuestro horizonte, siempre hemos querido contar con el apoyo de personal científico que nos apoye para poder progresar y aprovechar conocimientos más avanzados que los nuestros. Nos preocupa, por ejemplo, que nuestra miel de abejas tiene que competir con la miel falsa y que quienes generan valor son los laboratorios farmacéuticos y los comercializadores de Bogotá, en especial las tiendas naturistas, sin que nosotros mismos podamos hacer algún producto que mejore nuestros ingresos y los de nuestras familias; además que permita que Boyacá se reconozca por nuestra actividad.
De manera artesanal y rudimentaria, siempre hemos tenido interés en fabricar alimentos, bebidas, cosméticos y productos medicinales a partir de los productos de las abejas, ya que con ellos es posible recibir mejores ingresos económicos, pero nuestro conocimiento no era muy amplio ni técnico. En especial, habíamos tenido interés en producir vinos de miel, llamados hidromiel, el cual producíamos de manera empírica, sin saber a ciencia cierta si eran buenos o no y sólo los consumíamos entre nosotros. En una visita de nuestro líder, el señor Ramón Galvis, a Francia a un evento llamado Apimondia en 2009, debido a un proyecto llamado Misiones Tecnológicas, financiado por Colciencias, él vio en esa feria mundial que estas bebidas son muy importantes en esos países y que los mismos apicultores son quienes las fabrican. También presenció concursos que se hacen para elegir la mejor miel y el mejor vino de miel. A raíz de ese viaje, al que también fueron investigadores de la Universidad Nacional, a quienes también les llamó la atención que todos los productos los fabricaran los mismos apicultores en Europa, la asociación ASOAPIBOY como entidad beneficiaria, aportando los recursos disponibles a su alcance, y la Universidad Nacional de Colombia como ejecutora, llevaron a cabo el proyecto financiado por COLCIENCIAS (Contrato 842-2012) denominado “Desarrollo productivo de bebidas fermentadas de miel como estrategia para generar valor en el ámbito característico de la apicultura en Colombia” (Convocatoria 586-2012-Banco de proyectos elegibles de cierre de brechas tecnológicas). El propósito fundamental era que nosotros pudiéramos producir estos vinos de miel, pero de buena calidad, con todos los requisitos que exige la ley y que puedan competir con los vinos de uva que se importan cada vez en mayor cantidad. Para esto, los investigadores y estudiantes planearon y con nosotros ejecutaron todo el proyecto. Todo se llevó a cabo con base en el conocimiento y laboratorios que ellos tenían a su alcance, más el aporte de nuestro conocimiento tradicional y la asesoría de expertos internacionales en fabricación y cata de vino; también con la asesoría de ingenieros colombianos que ayudaron a diseñar, construir y poner en marcha una planta piloto para producir esta bebida, que fue instalada, con inversión también de la asociación, en el municipio de San Mateo (también otra en Rivera Huila, con una cooperativa de apicultores de allá), de acuerdo a las condiciones climáticas de la zona, utilizando mieles seleccionadas de la región. Estamos convencidos de que esta planta es líder en el mundo, pues fue construida siguiendo todos los requisitos exigidos para una planta de alimentos. Además, hemos hecho consultas en Internet y el nivel técnico es muy superior a lo que hemos podido ver de otros países.
No sólo se obtuvo la planta, como resultado del proyecto, se establecieron los protocolos a seguir para evaluar la calidad de la miel para la producción de hidromiel y del producto final, se determinaron las condiciones de proceso y la forma de monitorear el avance de la fermentación, se establecieron los protocolos de envasado, rotulado y almacenamiento del producto terminado, se dotó la planta y un pequeño laboratorio de análisis para el control de calidad de la materia prima, del proceso y del producto final. Los apicultores fuimos entrenados en todo lo relacionado con el saneamiento de la planta y los equipos, y en los cuidados que hay que tener para que la materia prima sea adecuada, midiendo propiedades de la miel con instrumentos de laboratorio que sabemos manejar e interpretar los resultados; aprendimos cómo hay que disolver la miel, cómo se mide con un refractómetro para ver si quedó bien disuelta o si hay que corregir, cómo hay que adicionarle otras materias primas, cómo hay que desinfectar la miel diluida para que no se dañe y se pueda añadir la levadura, cómo conservar y adicionar la levadura para empezar a fermentar, cómo hay que controlar la fermentación, qué propiedades hay que medir durante varios días hasta que la hidromiel logre el contenido de alcohol adecuado, cómo se clarifica, se filtra y se envasa; también sabemos cómo hacer la cata de la bebida para juzgar su calidad. También aprendimos sobre los reglamentos que se deben cumplir en cuanto a la calidad y la comercialización de estas bebidas, que tienen un estricto control estatal.
Dentro de las mieles más importantes de Boyacá, que pueden ser empleadas como materia prima, se destaca la miel de mielato de roble (Quercus humbloldtii) como miel única en el mundo, ya que las abejas de la especie Apis mellifera no la producen a partir del néctar de las flores sino de la exudación de la savia de una especie de roble endémico colombiano que sólo crece en 11 localidades en la cordillera oriental (cinturón entre Boyacá y Santander), ubicadas entre 2400 – 2800 msnm, incluyendo nuestro municipio. Por este motivo, aunque las abejas no sean nativas, el mielato que producen puede considerarse un producto forestal no maderable de origen biológico y nativo derivado de un bosque de robles que presenta unas condiciones únicas en nuestro municipio. El aprovechamiento que realizamos de este producto nativo es sustentable, puesto que nuestra intervención no atenta contra la salud del bosque, ni de las abejas, sino que son éstas las que producen el mielato y nosotros de manera silvestre lo recolectamos mediante colmenas instaladas dentro del bosque para luego transformarlo en una bebida alcohólica con mayor valor comercial. Por sí sólo, este mielato tiene mayor valor comercial que una miel corriente, se vende a mejor precio, y en nuestra experiencia, como materia prima para elaborar la hidromiel, este mielato es excelente, pues tiene un sabor, color y textura únicas y muy agradables y esto va a influir en las propiedades de la bebida fermentada.
Existen otras actividades que perjudican la salud de estos bosques de roble, como los deforestadores que utilizan esta madera, ya que es muy fina, y la minería que ocasiona que estos árboles se enfermen por la contaminación ambiental. Esto ocasiona que estén en peligro de desaparición, y las autoridades no nos reconocen la labor de protección que nosotros hacemos al colocar nuestras colmenas en estos bosques nativos tan importantes.
Al producir hidromiel a partir de este mielato, se genera valor y se protege el bosque. Debido a que estas mieles por ser especiales tienen más valor económico que una miel corriente, el proceso fermentativo de la hidromiel multiplica el valor económico en un orden de 3 a 4 veces respecto a la materia prima.
Además, la hidromiel confiere identidad a Boyacá, ya que refleja algo que es único en Colombia y que se encuentra en este departamento, es producido por los mismos campesinos y genera ingresos a sus familias; propicia la conservación de manera sustentable de esta especie de roble que se encuentra en vía de extinción. A pesar de estos beneficios y a que existen regulaciones que protegen estos bosques, no se tiene hasta el momento una política clara de apoyo o de impulso de todas las actividades que efectivamente protegen estas zonas. Por lo tanto, la divulgación y el conocimiento de esta experiencia entre de los apicultores de distintas zonas del país podría contribuir a la protección del medio ambiente y a la vez a la productividad de las comunidades para percibir más recursos económicos.
Esta experiencia es muy valiosa y merece ser divulgada entre otros grupos de apicultores colombianos, ya que debido a la gran biodiversidad de nuestro país en cada región siempre se va a encontrar una especie, bosque o cultivo que hay que proteger y esto se logra particularmente con las abejas, que van a producir una miel especial y productos especiales derivados de ella. Es decir, cada región de Colombia, podría tener su miel propia y diferenciable que ya de por sí tendría gran significado y valor (la mayoría de municipios de Colombia está invadida de mieles falsas); de la miel especial, se puede también obtener una hidromiel que identifique sus bosques o sus entornos vegetales específicos, ya que el néctar representa esa biodiversidad vegetal única y propia de cada zona del país; obviamente la zona debe estar sana, libre de pesticidas y tóxicos en el suelo, el agua o el aire, pues de lo contrario las abejas mueren y no pueden hacer nada. Queremos divulgar esta experiencia, ojalá lo pudiéramos hacer ampliamente a muchos agricultores y apicultores; también estamos participando en esta convocatoria porque necesitamos dar el paso siguiente, que es conseguir el registro sanitario del producto por parte del Invima e ingresar al sistema productivo de Boyacá con la fabricación de este tipo de bebidas, que por ley deben pagar unos impuestos específicos para poder ser comercializadas, pues como carecemos de estas certificaciones aún producimos hidromiel a nivel piloto de buena calidad, de ensayo, pero no para comercializar formalmente.
Los integrantes de la ASOAPIBOY tenemos muy claro que con sabiduría se debe aprovechar la biodiversidad y reconocen que este proyecto refuerza esa filosofía y modo de vivir.
En esta experiencia se logró la evaluación de la composición química de las mieles de Boyacá, en especial del mielato de roble, con el apoyo del ICTA de la Universidad Nacional de Colombia. Se cuenta con el conocimiento y el entrenamiento para efectuar los análisis químicos por parte de nuestro apicultor líder para el control de la calidad de las materias primas y del producto final. En el caso de la miel, estamos en la capacidad para realizar análisis de acidez, humedad y sólidos solubles totales, y para el hidromiel, grado alcohólico, acidez total, acidez volátil y pH. Además, estamos capacitados en técnicas para el análisis sensorial o cata de miel y de vinos. Además, se establecieron los análisis estadísticos para procesar datos y diferenciar las mieles.
Se construyó y puso en marcha una planta piloto para la producción de hidromiel y se adecuó un establecimiento físico según todos los requisitos de BPM, el cual está dotado de todos los servicios (luz, agua y gas), material para análisis químicos de calidad y otros equipamientos (mesones con grifo, lavamanos, extintor, señalización, canecas). Nuestro apicultor líder y los apicultores de la asociación cuentan con el conocimiento y entrenamiento para la producción de hidromiel en la planta piloto y para la realización de las mediciones que hay que hacer para verificar su calidad.
A nivel de innovación, se obtuvo el diseño de una planta de procesamiento especialmente enfocada en la producción de hidromiel al nivel de los apicultores colombianos y el uso de la misma por parte de los apicultores. También se logró procesar toda la información científica y técnica de las mieles para lograr identificar el mielato de roble como un producto con características especiales. Finalmente se mejoró la extracción, adecuación y envasado del mielato de roble por parte de los apicultores y se generó conocimiento acerca de su relación con el medio ambiente.