En Zapatoca se preparan para enfrentar el cambio climático
Experiencia comunitaria de la Red de Reservas Naturales de Zapatoca, Santander.
La Red de Reservas Naturales de Zapatoca, Renaz, comenzó a trabajar en conjunto hacia 2014 con cuatro propósitos muy concretos: conservar, restaurar, investigar y producir de manera sostenible. Y lo hizo en un entorno de gran diversidad, riqueza hídrica y valor ambiental en el nororiente de Colombia: la vertiente occidental de la cordillera Oriental al norte de la Serranía de los Yariguíes, en la zona de amortiguación del parque natural del mismo nombre.
Son treinta personas que se ocupan de siete reservas naturales, y que como red, para el momento de postularse a A Ciencia Cierta Eco, ya habían adelantado proyectos con la Fundación Natura para el desarrollo de acuerdos recíprocos por el agua, Aras; habían realizado varios proyectos de restauración financiados por la WWF y habían trabajado en alianza con un semillero de investigación de la Universidad Nacional sede Medellín para montar pilotos y ensayos de técnicas de restauración en las reservas.
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La experiencia denominada Uniendo la voluntad de conservar con la ciencia en Zapatoca (Santander), fue postulada por la organización comunitaria Red de Reservas Naturales de Zapatoca, que logró ubicarse en el lugar 25 de las 28 experiencias con la más alta votación del concurso A Ciencia Cierta: Conservación Comunitaria de Ecosistemas Estratégicos, con 609 votos, que la hizo ganadora de un incentivo económico de $60.000.000 millones de pesos y el acompañamiento técnico y de apropiación social del conocimiento para el fortalecimiento de la experiencia desde la ciencia, la tecnología y la innovación.
Los días 27 y 28 de noviembre, en el municipio de Zapatoca, Santander, se dieron cita representantes de Colciencias y el Programa de Pequeñas Donaciones del GEF, con miembros de la Red de Reservas Naturales de Zapatoca, organización de base comunitaria ganadora del concurso A Ciencia Cierta Eco, para la realización del primer encuentro local en el marco del proyecto de fortalecimiento de la experiencia “Uniendo la voluntad de conservar con la ciencia en Zapatoca (Santander)”.
En un ejercicio de participación y construcción colectiva, se definieron las siguientes acciones a desarrollar en el marco del proyecto de fortalecimiento desde la ciencia, la tecnología y la innovación:
– Realizar una medición de resiliencia socio ecológica en la microcuenca El Ramo
– Diseñar y poner en ejecución el proceso para la medición del caudal en la parte alta de la cuenca de la quebrada El Ramo y El Poleo ubicadas en las reservas.
– Implementar estaciones de registro y monitoreo de estaciones para medición de variables climáticas.
– Diseñar e implementar una estrategia de apropiación social del conocimiento de ciencia, tecnología e innovación.
Los padrinos/madrinas tecnológicas son profesionales expertos en diferentes áreas del conocimiento que se vinculan a los procesos de fortalecimiento de las experiencias reconocidas por el programa A Ciencia Cierta, para acompañar y promover la comprensión y uso de la CTeI desde la construcción colectiva del conocimiento.
Su participación y aportes ad honórem, agregan valor a las experiencias partiendo de principios de respecto al contexto, los saberes y tradiciones de las comunidades.
Esta experiencia contó con la participación como padrino tecnológico de Irwin Rodolfo Duarte Sánchez, Biólogo, egresado de la Universidad Industrial de Santander, oriundo del municipio de San Vicente de Chucurí. Cursó una Maestría en Conservación y Uso de Biodiversidad en la Pontifica Universidad Javeriana y ha desarrollado su carrera profesional en la Serranía de los Yariguíes de la mano con instituciones que trabajan en pro de la conservación de la biodiversidad y los servicios ecosistemicos en el país, como son la Fundación Proaves, Fundación Natura y Parques Nacionales Naturales de Colombia.
Diciembre 2019 – Enero 2020
Se realizó una medición de la resiliencia socioecológica en una parte de la microcuenca de la quebrada El Ramo (Zapatoca, Santander). Se llevaron a cabo 31 entrevistas a habitantes de la microcuenca El Ramo y 13 entrevistas a actores locales con el fin de entender el sistema y las relaciones entre actores.
De otro lado, se llevaron a cabo reuniones con presidentes de las Juntas de Acción Comunal para generar la línea del tiempo de la transformación histórica de la microcuenca, así como el mapa de cada vereda, a través de cartografía social: 4 reuniones, una en cada vereda. A partir de allí se llevaron a cabo 5 talleres (4 en veredas y 1 en el pueblo, con participación tanto de la comunidad rural como de los actores locales) sobre evaluación de la resiliencia socioecológica.
Finalmente, con el fin de implementar tres Planes de Acción priorizados, a partir de las líneas de acción definidas en los talleres de evaluación se llevaron a cabo, tres (3) talleres de comercialización, dos (2) talleres de técnicos de agricultura orgánica y cuatro visitas a fincas para identificar las recomendaciones adecuadas para hacer la transición hacia cultivos orgánicos y cinco (5) talleres en las escuelas rurales (Santa Rita, Palo Blanco, Alto de las Águilas, Bellavista y San Javier) para reflexionar sobre el papel de los bosques en la conservación del agua y dos salidas de campo para entender la estructura y función de los bosques.
Cuando se entra a un territorio y se pretende conocerlo a mayor profundidad, siempre surgirán cambios y modificaciones al plan inicial, hecho que resulta indispensable para tener en cuenta, tanto para los financiadores como para el equipo ejecutor. De esta manera se puede entender que los cambios se hacen para poder ejecutar el proyecto de la mejor manera y generar los mayores impactos positivos dentro de las comunidades y el ecosistema.
La evaluación de la resiliencia socioecológica ha permitido entender el paisaje de la microcuenca El Ramo, desde la percepción de los habitantes y reconocer la importancia del conocimiento local en la gestión del paisaje. Esta evaluación propició una profunda reflexión en torno a la diversidad del paisaje, el conocimiento tradicional, la biodiversidad y el estado de la agrobiodiversidad, los sistemas de gobernanza y el bienestar de la comunidad.
A través de este proceso de intervención la comunidad ha sido más consciente de su papel en el manejo de la microcuenca, ya que a partir de sus reflexiones y conocimientos pueden plantear buenas decisiones para la gestión de su territorio.
Haber creado un espacio para el diálogo que mejoró efectivamente la relación dentro de la comunidad y entre los actores locales