La Asociación Jardín Botánico Las Delicias ganó en 2020 (junto a otras 29 comunidades) el programa A Ciencia Cierta, que incentiva la transformación de realidades desde la apropiación social del conocimiento. Hicimos esta fotogalería y este video de la visita a Silvia, Cauca; nuestros objetivos han sido acompañar y hacer divulgación científica desde el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (Minciencias) de la experiencia de “Senderos ancestrales Misak, una experiencia innovadora de turismo comunitario que contribuye al desarrollo local”. El primero en llegar a recibirnos fue el murbik, el curandero guambiano. Su función es ser un intermediario entre el mundo de los vivos y el de los espíritus.
Si vas a ingresar al territorio Misak debes ponerte la pócima de hierbas que trae preparada en una botella siguiendo un conjunto exacto de reglas. Esta medicina, nos explica el curandero, no tiene como fin ahuyentar o alejar las enfermedades y los malos espíritus. Su función es, en cambio, atraer la alegría, el buen ánimo, la generosidad y la buena energía. Así es como buscan protegerse de enfermedades y, sobre todo, acopiar la fuerza necesaria para los siguientes dos días de trabajo con Minciencias.
Si quieres conocer en video esta propuesta innovadora de turismo científico puedes verla aquí
Los Misak tienen en su lengua una palabra para decir “buenos días”, según el estado del clima. Si la mañana amaneció lluviosa se dice buenos días de una forma, pero si la mañana está soleada se dice de otra. Esto muestra lo profundo que es el vínculo que esta cultura guarda con la naturaleza y el entorno. Sin embargo, a pesar de esa conexión con el hábitat, desde hace algunos años dos malestares vienen ganando terreno y poniendo en peligro la supervivencia de la comunidad Misak en Silvia-Cauca. Ellos son el deterioro ambiental de sus territorios y el desarraigo cultural en los jóvenes.
En cuanto a las causas de la degradación del ecosistema altoandino en el que habitan, se habla del uso indiscriminado de químicos en la agricultura y el crecimiento de los monocultivos que atentan contra la diversidad biológica y la seguridad alimentaria.
El desarraigo cultural, por otra parte, se atribuye a la falta de oportunidades que hace que muchos jóvenes prefieran marcharse a las ciudades para emplearse, en muchos casos, como obreros en fábricas o empleadas del servicio doméstico. La comunidad Misak considera que, en el fondo, estos dos malestares son síntomas de la misma enfermedad: la precariedad económica y la falta de fuentes de ingresos. Este es el desafío al que la Asociación Jardín Botánico Las Delicias ha decidido hacer frente mediante apropiación de ciencia y tecnología.
También puedes conocer más sobre la comunidad en nuestro artículo escrito por la propia comunidad Pishintø waramik: sueños y recorridos compartidos de una comunidad Misak
Todo empezó, según palabras de representantes de la comunidad “como un sueño sublime”. En ese sueño se veía un jardín botánico en el centro y, alrededor él y gracias a él, la comunidad consciente de su riqueza natural y cultural, cuidándola, cuidándose. A partir de entonces los Misak del resguardo de Guambia, en Silvia, se pusieron a la tarea de consolidar un jardín botánico que sería el eje protector de su cultura y su hábitat.
La materialización de esa visión ya acumula dos décadas de trabajo, con algunas interrupciones a causa de los rigores del conflicto armado en años pasados. A lo largo de todo este tiempo han trabajado en el levantamiento de colecciones de plantas vivas (In situ y Ex situ), en gestión ambiental, en procesos de reconocimiento y valoración de los saberes locales, en identificación de especies de alta montaña, en botánica básica, etnobotánica, taxonomía y ecología. Han hecho inventarios de fauna y flora, invernaderos para conservación de especies en riesgo, bibliotecas de semillas ancestrales, capacitaciones en el manejo de fuentes hídricas, y ahí van con el jardín botánico cumpliendo la misión que habían señalado los sueños. No obstante, en tiempos recientes la precariedad económica de la comunidad ha ido imponiendo dinámicas que echan al traste estas aspiraciones con las que nació el jardín. Ante esta realidad decidieron que era el momento de buscar alternativas y de plantear una respuesta.
En el puro corazón del jardín botánico está la Casa del Pensamiento. Una construcción circular que funciona como lugar ceremonial y también como ágora donde se reflexiona y se toman las decisiones vitales para la pervivencia de la comunidad. A un costado está el fuego, que nunca se deja apagar. Alrededor de la lumbre, la gente se acomoda en pequeños bancos a escuchar y a exponer sus argumentos. En el centro toman asiento los mayores, llamados taitas y mamas. Las mujeres tejen; también asisten los niños. Cualquiera tiene derecho a usar la palabra. En un ambiente así fue donde brotó la iniciativa con la cual La Asociación Jardín Botánico Las Delicias busca hacer frente a la precariedad económica y abrieron el resguardo al turismo. Pero no se trata de cualquier clase de turismo. No se trata de ese turismo en el que las comunidades indígenas hacen una pantomima de su cultura mientras van perdiendo su identidad seducidos por la cultura del consumo que les llega a través de sus visitantes. Se trata de turismo ancestral con las siguientes normas:
i. Turismo comunitario para el fortalecimiento cultural. Es decir, el visitante se hospeda en las casas de la comunidad, come como ellos, vive como ellos y, además de explorar el territorio, participa en las actividades cotidianas de siembra, pastoreo, etc. Estas experiencias deberán canalizarse de manera tal que tanto los huéspedes como los anfitriones reflexionen sobre el cuidado de la vida, del agua, de la tierra, de las semillas, y sobre el rol de los pueblos indígenas para el futuro de la madre tierra.
ii. Este turismo debe gravitar alrededor del Jardín Botánico y de sus objetivos. Esto es: la conservación, investigación, educación alrededor del ecosistema y la naturaleza. Y eso debe hacerse basado en una concepción amplia del conocimiento que sea capaz de validar y poner en diálogo los saberes ancestrales junto a los conocimientos técnicos y científicos.
La principal fuente de ingreso de los indígenas Misak del Resguardo de Guambia, en Silvia Cauca, es el trabajo agrícola. Llevan pequeñas huertas familiares llamadas yatul. En esencia son huertas de subsistencia que funcionan como despensas para las familias. Allí producen papa, maíz, col, acelgas, cebolla, ajo, fríjol, habas y arracacha. También llevan frutales y plantas medicinales. Algunos pocos excedentes se comercializan. De un tiempo para acá la comunidad en Silvia fue dejando de cultivar quinua, básica en su dieta. La razón: el bajo precio de la quinua peruana. Preferían comprarla que producirla. Igual pasaba con el trigo, que llega muy barato proveniente de Canadá. Sin embargo, el acercamiento al jardín botánico y las reflexiones que allí se suscitan les sirvió para reconocer que perder sus cultivos implicaba el empobrecimiento de sus suelos, la pérdida de la soberanía alimentaria y del patrimonio ancestral. Así que de un tiempo para acá han retornado a la quinua y el trigo. En la imagen un joven Misak miembro del Jardín Botánico Las Delicias visita un cultivo de quinua comunitario en el que participan varias familias.
Uno de los mayores éxitos que ha logrado cosechar la Asociación Jardín Botánico Las Delicias luego de 20 años de trabajo, según palabras de los mayores, es haber captado el compromiso de los jóvenes de la comunidad. El sueño nació en las mentes de los que hoy son los mayores –los taitas y las mamas que ocupan los puestos centrales en las discusiones que se dan en la casa ceremonial– , pero el timón del Jardín Botánico hoy está en manos de los jóvenes. Los mayores son ahora sólo los faros, los centinelas.
En la actualidad el Jardín Botánico Las Delicias del resguardo Guambía, en Silvia-Cauca, cuenta con una infraestructura básica que le permite abrir sus puertas al turismo comunitario y de naturaleza. Tiene senderos con colecciones de investigaciones de plantas, una casa ceremonial abierta al público, caminatas ecológicas a sitios sagrados, recorridos pedagógicos a los yatules (huertos familiares tradicionales) y viveros. Pero la intención de la comunidad es fortalecer este proyecto inyectándole más conocimiento, más ciencia y más tecnología.
Con el premio obtenido del programa de Minciencias, los trabajos de fortalecimiento del proyecto de turismo se llevarán a cabo en varias líneas. La primera será mejorar la investigación, la apropiación y el cuidado del patrimonio biocultural que poseen. Para ello buscarán llevar más lejos sus catálogos de especies, desarrollar nuevas investigaciones etnobotánicas, capacitarse para ofrecer avistamiento de aves. Tratarán de fortalecer la agricultura orgánica y el cuidado de los yatules. Por otra parte, se han propuesto mejorar el acceso, uso y la apropiación de las nuevas tecnologías de la comunicación y la información. Esto con el fin de tener mejor acceso a conocimiento científico, atraer el interés de investigadores hacia el jardín y, por último, promover el jardín como un destino de turismo comunitario (por ahora sólo se usa el voz a voz).
Otra porción de los recursos del premio se usarán para el mejoramiento de la infraestructura arquitectónica del jardín botánico. La idea es tener la infraestructura para poder acoger actividades científicas e investigativas y mejorar la experiencia de los visitantes. Estas mejoras en infraestructura se harán bajo los principios de bioconstrucción y construcción tradicional. Por último trabajarán en capacitaciones que les permitan fortalecer sus herramientas comunitarias para atender turismo cultural y de naturaleza (formación como guías, servicio al cliente, y otras). La comunidad Misak está dispuesta a aprender con la ciencia e innovación y por eso abre sus senderos ancestrales, para enseñar que hay otras posibilidades para el conocimiento y el desarrollo.
Alrededor del Jardín botánico Las Delicias se han generado muchas otras iniciativas complementarias. Una de ellas es la implementación de un plan de producción con semillas nativas. Buscan producir alimentos más limpios y romper la dependencia que acarrea el uso de semillas mejoradas.
El proyecto de turismo comunitario en el que se ha embarcado la Asociación Jardín Botánico Las Delicias cuenta con el apoyo de la alcaldesa Mercedes Tunubalá, la primera mujer en 200 años en llegar a la alcaldía de Silvia, Cauca.
Fotos y textos de Delio Aparicio, Delio es periodista y fotógrafo documental. La pregunta que guía su actividad es cómo lograr mensajes actuales y atractivos orientados a la educación, el cambio cultural o social.