Esta es una historia conmovedora, en la que las y los habitantes de una comunidad deciden dejar de ser depredadores para convertirse en conservadores.

En diferentes zonas de los 14.5 kilómetros de extensión que tiene la playa Bobalito, en Necoclí, cinco especies de tortugas llegan año tras año a desovar, evento altamente atractivo para el avistamiento que realizan la comunidad y los turistas. Sin embargo, factores como el acceso directo de humanos a las zonas de desove, la erosión de la playa, la iluminación artificial, el desarrollo costero y el manejo deficiente de los residuos sólidos, ponen en riesgo a las especies.

En el ejercicio de reconocer el valor de los recursos naturales que poseen y de aproximarse a sus saberes tradicionales desde una nueva perspectiva, la comunidad de Necoclí dió inicio a un proyecto de conservación y transformación: con monitoreos nocturnos los habitantes de Playa Bobalito identifican los nidos de las tortugas marinas, los cuidan, y limpian las playas garantizando que los neonatos las encuentren despejadas y lleguen con éxito al mar. El proyecto responde a su vez al reto de diseñar una solución innovadora que se convierta en un proyecto ecoturístico que active la economía de la región, respetuoso de las condiciones biológicas y ecológicas de las especies allí existentes.

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