Impactos esperados con la Política de Apropiación Social del Conocimiento

Uno de los retos en la construcción de una sociedad del conocimiento está en generar condiciones para el desarrollo de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación – CTeI. Esto implica que todos los actores sociales, comunidad científica, sociedad civil-ciudadanos, empresa y Estado puedan participar en procesos que les permitan valorar, usar, generar e intercambiar saberes y conocimientos científico-tecnológicos, como herramientas para su bienestar y desarrollo.

Aunque hay grandes avances, Colombia debe continuar con los esfuerzos, ya que presenta niveles de inversión en ciencia y tecnología que son inferiores a los patrones internacionales. Según datos del Observatorio Colombiano de Ciencia y Tecnología OCyT (2019), la inversión nacional en Actividades de Ciencia y Tecnología (ACTI) ha sido de tan solo un 0,684% del PIB en 2017; un 0,790% en 2018; y un 0,736% en 2019. Según el índice Departamental de Innovación para el Conocimiento[1] de 2019, en nivel alto se encuentran Bogotá, D.C.-Cundinamarca y Antioquia; y en nivel medio alto, Santander, Atlántico, Risaralda, Valle del Cauca, Caldas y Quindío. Esto evidencia las brechas que limitan las posibilidades de desarrollo de las regiones y sus comunidades (DNP. 2020).

A pesar de esta situación, desde hace once años, Colciencias, hoy Minciencias, en alianza con diferentes actores, ha liderado el fomento de la Apropiación Social del Conocimiento en el país, a través de la generación de estrategias e instrumentos que han acercado la Ciencia, la Tecnología y la Innovación a las regiones y sus diversas comunidades. Programas como A Ciencia Cierta han vinculado a 49.256 personas y a 64 comunidades de 21 departamentos del país, quienes han generado soluciones relacionadas con recursos vitales como el agua, el agro, la biodiversidad, los ecosistemas y el desarrollo local.

Por su parte, en el programa Ideas para el Cambio han participado 33.594 personas y se han desarrollado 61 proyectos de soluciones científico-tecnológicas, abordando temas como energía y agua; CTeI y uso de TIC; habitabilidad sostenible; investigación + creación; comunicación de la CTeI; turismo científico; y energía eléctrica. La importancia de este programa lo llevó a ser seleccionado como una de las experiencias de innovación más relevantes en América Latina por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en el 2016.

Asimismo, como parte de los procesos de reconocimiento y de fortalecimiento, el país cuenta actualmente con nueve Centros de Ciencia reconocidos por la política de actores: el Museo de Ciencias Naturales de la Salle, la Corporación Parque Explora, la Corporación Maloka, el Planetario de Bogotá, el Parque Temático de Flora y Fauna de Pereira “Bioparque Ukumari”, el Jardín Botánico Joaquín Antonio Uribe, Fundación Zoológica de Cali, Fundación Jardín Botánico Guillermo Piñeres y Museo Paleontológico de Villa de Leyva.

Los resultados de estos programas e iniciativas evidencian la contribución que la Apropiación Social del Conocimiento hace al desarrollo social del país, mientras fomenta la participación y el diálogo de saberes y conocimientos entre comunidades y los distintos. Asimismo, evidencian el impacto en el fortalecimiento de capacidades de quienes participan de estos procesos; este fortalecimiento se logra en condiciones de equidad, aprovechando las experticias, necesidades y posibilidades de cada territorio, en un proceso situado, intencional y transformador.

Por todo lo anterior, Colciencias, hoy Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, vió necesario que la Apropiación Social del Conocimiento avanzara desde su carácter de estrategia, para situarse como una política pública. Una política liderada desde el Ministerio, que pueda fortalecerse a través de la articulación intersectorial; que reconozca los cambios sociales, económicos, culturales y productivos, y que pueda darles respuesta. Estamos seguros que la  implementación de la Política Pública de Apropiación Social del Conocimiento por parte de todos los colombianos y las colombianas fortalecerá las capacidades territoriales para la generación de conocimiento, el desarrollo de innovaciones y, ante todo, la consolidación del tejido de relaciones más equitativas y solidarias, en las que la ciencia, la tecnología y la innovación sean herramientas para el desarrollo humano sostenible.