En Charalá, en la vereda Santa Rosa, una comunidad de 31 familias contaba con un acueducto veredal pero debido a su ubicación, no siempre tenía la capacidad de distribución y almacenamiento requeridas por los habitantes. Tampoco había una organización que asumiera su administración de manera responsable, y había una falta de conciencia de las personas, que al tener abundancia de agua, no le daban el valor como fuente de vida. Esto generaba conflictos entre las familias por los problemas constantes con el servicio y la contaminación de las fuentes, lo que causaba enfermedades en los niños, niñas y adultos mayores de la comunidad.

Es a raíz de este enorme reto que la comunidad decide unirse para mejorar la gestión del recurso hídrico en su comunidad. Al organizarse, reconocer sus diversos saberes, y valiéndose de la Ciencia, Tecnología e Innovación, los habitantes de la vereda lograron mejorar la bocatoma y su red de distribución, las adecuaciones requeridas para la obtención de las 3 concesiones de agua que suministraban a la comunidad, y la adecuación de filtros para la potabilización del agua.

Este es un ejemplo más que muestra cómo el trabajo en equipo y la gestión adecuada, sirven como motor para el desarrollo de las comunidades. Conoce en detalle esta experiencia en el siguiente video: